domingo, 25 de diciembre de 2011

No hay mucho que decir, sí mucho que pensar.
      Cosas por cambiar y unas cuantas a desempolvar, recordar el pasado pero sin tenerle miedo al futuro disfrutando mucho el presente por más patético que sea.

       Mis navidades siempre han sido distintas a la tuya como las tuyas a la mía.  Eso es lo que nos crea recuerdos, emociones y situaciones año tras año. Los regalos y objetos materiales son buenos pero el rememorar aquello desde el día previo, colores, sabores, personas que no acompañan, actitudes, expresiones, etc. es algo que vivirá en la memoria por bastante rato (a menos que tengas memoria de teflón toma fotos por si a caso).

           Esta navidad hubo grandes cambios y tal vez no sean tan gratos hoy pero el día de mañana podré opinar distinto. Dicen que lo que piensas lo atraes y pues hace algún tiempo deseaba estar en navidad solo y metido en el cine y creo que así llegó no fue exactamente en el cine pero si vi muchas películas y aprendí que la soledad no es tan mala pero en navidad lo que la hace especial es toda esa gente que se reúne para estar calientitos (en Argentina y Australia están en verano a sí que la pasan en la playa, supongo y acalorados) agradecer a esas personas que son parte de tu vida diaria de una manera especial y recordando y extrañando a los que están lejos o ya no están en este planeta pero nos acompañan.


           La familia y la gente es la que les da sabor y entretenimiento a la vida, sin ellos seriamos seres aburridos y nada complejos. Agradezcamos por todas esas personas que aportan algo día tras día aunque a veces nos llegan a aburrir, enojar, cansar, enfadar o el sentimiento que te provoque esa persona, no importa.


        Gracias a ti por dejarme pasar un año cerca de ti, me has aportado muchas cosas y he aprendido de ti.
Te admiro, te respeto y me importas mucho.


Navidad 2011.

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